La Pasiva
El chivito, los frankfurters (así llaman a los panchos) y la pizza son el fuerte de la gastronomía en Uruguay. Claro que hay pescados, carnes y achuras espectaculares, pero las chiviterías están por todas partes, son rápidas y mucho más baratas que un restaurant del puerto.
La Pasiva es la chivitería más famosa de nuestro país vecino. Hay muchas sucursales, pero no todas son buenas. En Buenos Aires, sin ir más lejos, abrió una hace poco en la calle Corrientes que tiene fama de ser pésima. No me es extraño ya que en la zona de La Barra de Punta Del Este, también pusieron una en la que se come mal. Sin embargo, la sucursal de la calle Gorlero 841 (la principal) de Punta Del Este sigue siendo un clásico.
Abierto todos los días del año desde hace décadas, en La Pasiva pareciera que las cosas se hacen solas. Los empleados se mueven automatizados: sirven de a 12 panchos, grillan lomitos, arman chivitos y fríen papas en 2 o 3 movimientos, sin esfuerzos pero con dedicación. Las caras son conocidas; son los mismos minuteros que hace 10 años!
Los panchos son lo mejor que tiene este lugar. Te los traen en menos de un minuto, con la bebida. Vienen en platitos que el mozo te arroja con un movimiento un poco agresivo, pero con amor, como diciendo "sirvo mil panchos por día, no tengo tiempo de terminar de apoyar el plato en la mesa". El barril amarillo de pico rojo que ven en la foto es la mostaza, el aderezo más famoso de La Pasiva. La receta es secreta pero una vez me dijeron que tenía, entre otras cosas, leche, cerveza, mostaza en polvo y harina. Soy adicto a esta salsa, no me alcanza la superficie del pancho para ponerle la cantidad que quiero.
El chivito normalmente está bueno. Ésta última vez que fui estuvo perfecto, fresquísimo, aunque un poco escasa la porción de carne. De todos modos, no es la estrella del lugar. Las papas fritas de guarnición antes eran buenas pero ahora son finitas, muy aceitosas y duras, marca FarmFrites.
Las pizzas, cuadradas son muy buenas. Masa perfecta y rica muzzarella. La rúcula increíble (las frutas y verduras de Uruguay suelen ser superiores a las nuestras).
Con bebida y café, cuesta unos veinte dólares por persona. Como ya sabemos que los postres son malos (excepto la ensalada de frutas), fuimos a la famosa heladería artesanal italiana "Arlecchino", a 3 cuadras, en Gorlero 612.
Esta heladería pequeña, siempre atendida por sus dueños, no pasa un minuto sin facturar un helado. La gente hace cola. El precio? Más barato que cualquier helado ordinario de Buenos Aires. u$d 4 el 1/4 kg. Cuando abrió hace varios años, era increíble. Ahora, es muy rico. Cuando volví de Punta Del Este me pedí los mismos sabores en Persicco; la frutilla era más artificial que el Torpedo.